Misterios del Madrid medieval

Madrid es una ciudad misteriosa desde el mismo momento de su nacimiento hace casi 1200 años. No sabemos si alguien la habitaba antes de que llegaran los musulmanes, pero sí que tenemos muchas pistas que nos hacen sospechar que otras culturas se asentaron aquí.

Iglesia de San Pedro el viejo

Son muchas la leyendas olvidadas que se contaban sobre este primitivo Madrid: los gigantes del Manzanares, las apariciones de vírgenes y hasta la identidad del enigmático San Isidro.

Este mes descubriremos ese Madrid medieval y nos acercaremos a sus más antiguos misterios.

Uno de los lugares mágicos de la ciudad se encuentra en los alrededores de la Plaza de la Paja. Se trata de la Iglesia de San Pedro el viejo.

Decían que sus campanas se ponían a tocar solas, y que alejaban las tormentas. Según las crónicas del siglo XVI, un noble fue encontrado emparedado entre sus muros, y al no no poder saberse su identidad, decidieron dejarlo en el mismo sitio. Quizás hoy nos esté observando cada vez que pasamos por las costanillas del viejo barrio medieval.

Estos y otros misterios serán los protagonistas de mi próxima ruta temática perteneciente a la serie «Madrid para no dormir». Los interesados podéis apuntaos a través de la página de Facebook de Animamundi – Rutas por la Iberia mágica, :

https://www.facebook.com/rutasiberiamagica

¿no es mejor que el túnel del terroooooor?…

El Marco Polo madrileño

¿Os imagináis viajar desde Madrid a Samarcanda a principios del siglo XIV?. Pues eso fue lo que hizo un madrileño que vivía en la Plaza de la Paja: Ruy González de Clavijo.

Reinaba en Castilla el joven Enrique III, conocido como «el Doliente» por su naturaleza enfermiza. El rey quería crear una alianza contra los turcos ganándose a un poderoso aliado en el centro de Asia: Tamerlán, el mítico emperador mongol.

Clavijo fue enviado como cabeza de una embajada que salió de Madrid en 1403. Su viaje hasta Samarcanda duró casi dos años. Atravesaron todo el Mediterráneo y fueron recibidos con grandes honores por el emperador bizantino en Constantinopla.

Luego atravesaron todo el Oriente Medio con sus infernales desiertos. Cuando llegaron a Samarcanda (actual Uzbekistán), fueron agasajados por Tamerlán con 18 fiestas en 2 meses, pero su misión diplomática finalmente fracasó.

En su viaje descubrieron animales que no conocían como elefantes o jirafas, y luego con sus relatos despertaron en las cortes europeas el interés por los animales exóticos.

Hoy en día quedan unas cuantas huellas del paso de los españoles por Samarcanda: una calle dedicada a Clavijo, un barrio llamado Madrid, y lo mejor: frescos con pinturas sobre la visita  (Clavijo presentando sus credenciales) en un observatorio astronómico que construyó el hijo de Tamerlán.

Si queréis saber más sobre esta gran odisea, os recomiendo que leais el libro que escribió nuestro Marco Polo madrileño: «Embajada a Tamerlán«.

Frescos en el observatorio de Samarcanda

Altamira en Madrid

¿Habéis visitado el Museo Arqueológico Nacional?… ¿no?, pues ya estáis tardando. Hace poco ha sufrido una remodelación, y el resultado no podría ser mejor.

Resulta muy curioso ver los palos (chuzos de punta) con los que los madrileños lucharon contra los franceses el 2 de mayo de 1808. Y un montón de cosas más: momias egipcias, utensilios celtíberos, mosaicos romanos, estatuas medievales…etc

Pero lo más sorprendente está antes de la entrada principal. Una escalinata te conduce a una cueva artificial en la que han reproducido con total exactitud las pinturas rupestres de las cuevas de Altamira (Cantabria). Podréis apreciar como nuestros antepasados aprovechaban los relieves de la piedra para pintar los animales en un primitivo 3D.

Una vez dentro sientes como si estuvieras en la cueva original, y a menudo estás allí solo disfrutando del espectáculo de luces y sonidos que acompañan a las pinturas.

Cuevas de Altamira

Toda una sopresa para disfrutar este fin de semana. Y ya que estáis por la Plaza de Colón (centro geográfico de Madrid), también podéis aprovechar para ver la estatua más joven de la ciudad. Está dedicada al gran marino Blas de Lezo, azote de ingleses y de piratas.

Y como no sólo de cultura vive el hombre, al lado tenéis uno de los restaurantes más originales de Madrid: el Hard Rock Café. Ideal para los amantes de las buenas hamburguesas y del Rock and Roll. Sus paredes son un auténtico museo de la música moderna, y no olvidéis bajar a la planta inferior… que hay sorpresa.

En fin, que ya tenéis un buen plan para salir de casa, que con este sol ya no hay excusas.

Crímenes en el Viejo Madrid

Madrid es una ciudad ideal para el crimen. Desde un  asesinato pasional contra un marqués en el siglo XVI, hasta la moderna crónica de sucesos que la televisión nos regala a diario.

Hace poco más de 100 años, la capital inauguró el concepto del crimen mediático con dos asesinatos que consiguieron llegar a lo más alto de la fama: el crimen de la calle Fuencarral, y el crimen del capitán Sánchez. Ambos fueron recreados en la gran serie de TVE de los años 80, «La huella del crimen«.

Crimen del capitán Sánchez

En el primero, una criada fue acusada de matar a su señora tras ser reprendida por romper un jarrón. La criada acabó en el garrote vil.

En el segundo, un capitán mató de un hachazo en la cabeza al maduro pretendiente de su hija. También fue ajusticiado, y rindió su vida ante un pelotón de fusilamiento.

Pero uno de los más estremecedores fue también uno de los más antiguos. Se trata de un armenio que se comió a tres de sus cinco hijos en el Madrid de la época de los Reyes Católicos. Cuando le interrogaron, dijo que había tenido un arranque de hambre, y no tenía otra cosa que llevarse a la boca en aquel momento.

Estos y otros crímenes estarán presentes en nuestra próxima ruta de este sábado: «Crímenes en el viejo Madrid»… una nueva entrega de las rutas «Madrid para no dormir».

Reservas en  http://www.paseostoledomagico.es/

Chicas Telefónica

¿Sabéis quienes eran las Chicas Telefónica?: pues el mejor partido que un hombre podía encontrar en el Madrid de finales de los años 20… porque todas eran solteras.

Las Chicas Telefónica eran jóvenes, guapas, cultas. Llevaban el pelo a lo garçon, y la falda más corta de lo normal. Y además, ¡eran las más modernas!… trabajaban en la Gran Vía, en el primer rascacielos de Europa.

Mujer Penagos prototipo de Chica Telefónica

El dibujante Rafael de Penagos las retrató mejor que nadie en las páginas del «Blanco y Negro». Sofisticadas, delgadas, casi sin caderas. Incluso se atrevían a fumar como si fueran hombres, o a practicar deportes exóticos.

Día tras día, las puertas del Edificio Telefónica se llenaban de galanes a la espera de que ellas acabaran el turno de trabajo, y así poder invitarlas a tomar el aperitivo en alguna de las terrazas cercanas.

Eran el símbolo de un feminismo creciente. Eso sí, si alguna decidía comprometerse, tenía que dejar su trabajo, pues una vez casadas, la modernidad se había terminado.

En la exposición permanente de la Fundación Telefónica podemos conocer más detalles sobre su trabajo, y acercarnos a ese momento histórico en el que el teléfono iba llegando a los hogares.

Me pregunto si alguna de vuestras abuelas, bisabuelas o tatarabuelas sería una de aquellas Chicas Telefónica. Y si es así, por favor, contadme algo sobre ellas, ya que estas pequeñas historias son las más madrileñas de todas.

Cerro de Garabitas

¿Os gusta montar en bici?. Pues si os gusta, o si tenéis intención de probarlo, hay un lugar en Madrid al que no podéis dejar de ir. Se trata del Cerro de Garabitas en plena Casa de Campo.

Desde lo alto de esta loma podéis disfrutar de una de las panorámicas más bonitas y completas de la ciudad: rascacielos, iglesias, palacios… todo Madrid de un vistazo desde un lugar cargado de magia y tranquilidad. Tomarse unos segundos para disfrutar de la vista, respirar el aire puro, y volver a la gran urbe con otro espíritu.

Vista desde el cerro cortesía de Panoramio.com

No en vano, este cerro es el protagonista de una de las leyendas más antiguas de Madrid. Dicen que al atardecer se ve ascender al cielo una nube violacea desde su cima. Son las almas de los madrileños fallecidos en el día, que se despiden de su ciudad desde este lugar, echando el último vistazo… «De Madrid al cielo y un agujerito para verlo».

La realidad es mucho menos romántica, y no resulta difícil que en esta zona os encontréis con alguna bala de la guerra civil, ya que desde aquí, el ejército nacional lanzaba sus ofensivas sobre el oeste de Madrid.

Historia y leyenda se confunden en uno de los enclaves más fascinantes de la capital. ¿A qué estáis esperando para descubrirlo?.

La ruta de la Inquisición

En febrero hemos lanzado una nueva ruta de la serie «Madrid para no dormir»… esta vez, ¡con la Inquisición hemos topado!.

Durante muchos siglos la Inquisición fue la más importante y temida institución religiosa de España. En Madrid, la capital del imperio, se celebraron los principales procesos, autos de fe, y las recordadas ejecuciones en los distintos quemaderos.

Muchos rincones de la ciudad guardan todavía la memoria de aquellos terribles hechos que nosotros reviviremos en nuestro paseo por el Madrid de la Inquisición.

Auto de fe

CLAVES DEL RECORRIDO

-Punto de partida: Plaza Mayor.

-Desvelaremos la historia y los secretos de la Inquisición.

-Se analizarán las claves para entender el carácter y el inmenso poder de esta institución.

-Descubriremos los terribles hechos acontecidos en algunos de los lugares más cotidianos de Madrid.

-Nos adentraremos en la relación de Madrid con la Inquisición y el papel que jugó esta en la historia de la ciudad.

Una ermita en pleno centro de Madrid

¿Os habéis fijado que en pleno centro de Madrid hay una antigua ermita olvidada?…

El pequeño humilladero de la Soledad pasa totalmente desapercibido en mitad del sofisticado ambiente de moderneo de la calle Fuencarral, frente al famoso mercado de moda que recientemente cerró.

Humilladero de la Soledad en calle Fuencarral

La humilde ermita de ladrillo ocre, que ha quedado encajonada entre modernos edificios, tiene más de tres siglos. Cuando se construyó, la zona era un solitario descampado a las afueras de la capital. Los viajeros que tomaban el camino del norte se paraban a rezar en la ermita para pedirle a la virgen un viaje afortunado.

Parece ser que fue el Marqués de Navahermosa quien decidió edificar el pequeño templo en honor de la Virgen de la Soledad. Esta devoción la trajo a Madrid la reina Isabel de Valois, tercera esposa de Felipe II. La soberana francesa, mucho más joven que su marido, buscaba en las oraciones consuelo para su triste destino. Una grandiosa imagen de la Soledad era venerada en la iglesia de la Victoria junto a la Puerta del Sol. Por desgracia tanto la iglesia como la imagen de la virgen desaparecieron hace mucho tiempo.

Lo increíble es que la modesta ermita de la calle Fuencarral haya sobrevivido al crecimiento urbano y al terror de la piqueta en este reino de especulación inmobiliaria. Pero ahí está, como la Puerta de Alcalá… viendo pasar el tiempo, y a los madrileños apresurar el paso hacia las rebajas en busca de algún chollo «made in China».

La ruta de la Movida

¿Os gusta salir por el barrio de Malasaña?… el barrio os podría contar historias muy divertidas de no hace tantos años… este mes muchos madrileños han hecho la ruta de La Movida.

La Movida madrileña ha sido elevada en pocos años a la categoría de leyenda. Tan cercana y tan lejana, acercarse a ella es adentrarse en la historia reciente de nuestra ciudad, y entender de este modo muchos de nuestros referentes culturales.

La movida terminó, pero su influencia nos ha llegado a todos… descubramos ahora lo que nos ha legado a los madrileños.

La Edad de Oro del Pop español

CLAVES DEL RECORRIDO

-Punto de partida: Oso y Madroño en Puerta del Sol.

-Disfrutaremos el sabor de un barrio moderno y bohemio.

-Conoceremos la historia de un movimiento cultural que cambió nuestras vidas y nuestra forma de ser.

-Nos acercaremos al viejo Madrid de la postmodernidad.

La primera foto de Madrid

¿Os habéis preguntado alguna vez cual fue la primera foto que se sacó de la ciudad de Madrid y si esta se conserva todavía?. Pues aquí la tenéis…

Se trata de un daguerrotipo de los tejados del centro de la capital datado entre 1840 y 1850. Se tomó desde una azotea de la zona de la Puerta del Sol. Sobre el lugar exacto desde el cual se sacó la foto hay un acalorado debate… algunos piensan que fue desde la antigua iglesia del Buen Suceso que se ubicaba en el solar del edificio del Tío Pepe (hoy tienda Apple), mientras que otros lo sitúan en un edificio de la calle Espoz y Mina.

Lo seguro es que en ella se ven tejados, chimeneas, un andamio, y al fondo a la izquierda podemos apreciar la cúpula de la iglesia del Carmen ubicada en la céntrica calle del mismo nombre. No intentéis compararla con fotos modernas ya que la cúpula actual no tiene el mismo aspecto. Lo que no vemos en la foto es a ningún ser humano ya que para fotografiar personas en los comienzos de la fotografía, estas debían permanecer inmóviles durante mucho tiempo… los tiempos de exposición eran larguísimos.

Es una imagen muy pequeña, apenas mide el largo de un dedo, y esta enmarcada en un elegante soporte dorado y negro. Su autor nos es desconocido y hace pocos años se subastó por 32.000 euros… si el autor viviera, seguro que pediría su parte.

Primera foto de Madrid