Ruta de las Leyendas – Madrid para no dormir II

El próximo sábado 5 de abril estrenamos nueva ruta de la serie  -Madrid para no dormir- .

Casas encantadas, sucesos inquietantes y misteriosas leyendas… descubriremos los secretos que nos esconde Madrid detrás de sus modernos edificios. Desde sucesos ocurridos hace más de cinco siglos a fenómenos paranormales de las últimas décadas.

Para participar en esta visita guiada, os podéis poner en contacto con la asociación cultural con la que estoy colaborando en esta serie de rutas temáticas por la España más mágica y misteriosa:

Anima Mundi – Rutas por la Iberia mágica

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Antigua casa del espanto situada al comienzo de lo que hoy es la Gran Vía

Madrid es una de las ciudades del mundo más ricas en leyendas, casas embrujadas y otros sucesos de esta índole, y en nuestra paseo por sus calles narraremos esas historias que convierten a la ciudad en un lugar para no dormir.

En la ruta «Madrid para no dormir – Leyendas y casas embrujadas» voy a contar algunas esas míticas leyendas de la capital en el mismo lugar en el que ocurrieron, como la casa de las siete chimeneas, el palacio de Linares o la leyenda de la calle «¡Válgame Dios!». Además, nos acercaremos a los motivos por los que Madrid ha sido escenario de tantos fenómenos…

¡Animaos a vivir una noche de leyenda!

Las puertas de Madrid

Madrid tuvo 17 puertas. ¿Sabías que hasta 1868 la ciudad se podía cerrar, impidiendo así que nadie entrara o saliera?.

Y de hecho, las puertas solían cerrarse por la noche, y además de servir para controlar a los viajeros, servían también para evitar el contagio de enfermedades infecciosas, y ¡como no!… para poder cobrar impuestos por las mercancías que entraban a la ciudad. Hoy sólo nos quedan tres de aquellas puertas: la Puerta de Toledo, la reconstruída Puerta de San Vicente, y la más conocida… nuestra famosísima Puerta de Alcalá. Pero la ciudad sigue conservando huellas de la época en la que estaba totalmente cercada por un muro de unos cuatro metros de altura, y esas 17 puertas eran las únicas vías de acceso.

Estas huellas del pasado podemos encontrarlas en los nombres de ciertos lugares, como la calle del Postigo de San Martín junto a la Plaza del Callao, en donde se ubicaba una de las puertas más pequeñas. O plazas con nombres tan reveladores como Puerta Cerrada o Puerta de Moros. Y también podemos apreciar estas huellas en la fisonomía urbana, como lo demuestra el trazado de las rondas que rodean el centro: Atocha, Valencia, Toledo, Paseo de Recoletos, Génova, Sagasta… surgidas exactamente sobre el recorrido de la antigua cerca. La construcción de esta cerca fue ordenada por Felipe IV al comienzo de su reinado en 1624, ampliando así la que construyera su abuelo, Felipe II, en el siglo XVI. Durante casi 300 años la ciudad no pudo crecer en extensión, ya que estaba prohibido edificar fuera de la cerca. Eso hizo que Madrid fuera convirtiéndose en una ciudad cada vez más abigarrada y caótica… hasta que el crecimiento urbanístico del siglo XIX derribó estas viejas puertas y abrió para Madrid las puertas de la modernidad urbana.

Aquel Madrid antiguo medía 4 kilómetros de norte a sur y 3,5 de este a oeste. Ahora mide 20 X 15 kilómetros aproximadamente… pero sobre todo, puedes entrar y salir de la ciudad por donde tú prefieras.

Plaza del Callao, Postigo de San Martín, Madrid a Miles, puertas de Madrid

Esta placa señala el lugar en el que estaba una de las 17 puertas, a la altura de la Plaza del Callao.